La melena de león (Hericium erinaceus) es una seta que destaca por su peculiar forma, que recuerda a la melena de un león. No tiene sombrero, ni pie diferenciado, sino un cuerpo redondeado con largos filamentos blancos similares a un pelo grueso que salen de su centro carnoso. El color blanquecino que tiene cuando brota con el tiempo se vuelve amarillento y luego marrón. Este hongo crece en la naturaleza sobre maderas duras como el roble, el haya o el arce.
Se dice que los monjes budistas han consumido durante siglos té de melena de león antes de la meditación para mejorar su capacidad de concentración, y la medicina tradicional china lo utiliza para fortalecer los cinco órganos: el riñón, el hígado, el bazo, el corazón y el estómago. Su cultivo comenzó en los años 50 del siglo XX en Shanghai.
EN LA COCINA
El uso gastronómico de la seta melena de león está muy extendido en los países orientales, pero el creciente conocimiento de sus posibilidades culinarias está haciendo que poco a poco vaya ganando terreno también en la cocina occidental.
La textura de esta seta es carnosa y su sabor es agradable, dulce y suave, con algo que recuerda al cangrejo y la langosta. Este delicioso sabor y sus propiedades nutricionales lo convierten en una de las alternativas gourmet a la carne más apreciadas en los restaurantes de alta gama.
BENEFICIOS PARA LA SALUD
Los estudios preliminares sugieren que la Melena de león:
Ayuda a promover la formación de nuevas neuronas
Mejora la memoria reduciendo el deterioro cognitivo
Protege el sistema inmunitario
Aumenta el metabolismo de las grasas
Ayuda a regenerar el epitelio de la mucosa gastrointestinal
Tiene propiedades antioxidantes